1Lavalos y cortalos en rodajas mas o menos de 1 cm
2Espolvorea sal sobre las rodajas y déjalas reposar durante 10 minutos. Este proceso ayuda a que los calabacines suelten un poco de agua, lo que evitará que queden demasiado húmedos al hornearlos. Tras el reposo, utilice papel de cocina para secar las rodajas. Esto es clave para conseguir esa textura crujiente.
3Forra una bandeja con papel vegetal para evitar que se peguen
4Precalienta el horno a 200°C. Una vez caliente, espolvorea la mezcla de pan rallado y queso parmesano sobre cada rodaja de calabacín. Luego, añade un poco de queso mozzarella rallado por encima.
5Hornea durante 15-20 minutos, o hasta que los calabacines estén tiernos y la superficie esté dorada y crujiente